3d illustration - lung infection

Toma nota de los hábitos y estrategias sencillas que ayudan a que los pulmones funcionen a pleno rendimiento.

En un periodo tan complicado por la COVID-19, mientras los epidemiólogos y expertos en salud analizan el comportamiento del nuevo virus SARS-CoV-2, lo que está en nuestras manos es cuidar una de las partes de nuestro cuerpo que resulta más vulnerable al virus: los pulmones.

Los pulmones son órganos muy vulnerables tanto a factores externos como internos. Se contagian fácilmente con microorganismos como virus y bacterias, y les afectan otros factores como la contaminación, la humedad ambiental o los cambios bruscos de temperatura. ¿Cómo podemos mantener nuestros pulmones sanos? La medicina tradicional china (MTC) propone diferentes claves basándose en que existe una estrecha unión entre los seres humanos y la naturaleza. Así, la naturaleza influye en nuestro chi (energía vital del cuerpo).

Este conjunto de estrategias basadas en la medicina china cuidarán de forma integral tu cuerpo y tu mente. Si te encuentras en armonía, dispondrás de un sistema respiratorio resistente frente a las adversidades cotidianas.

CULTIVAR LAS EMOCIONES POSITIVAS

  • Reírse a pleno pulmón. La medicina china considera que emociones, pensamientos y órganos físicos están interrelacionados y vinculados por las mismas energías. Cada órgano o sistema fisiológico está asociado con una emoción concreta. A los pulmones les dañan la tristeza y el exceso de preocupación. Por eso intenta reír cada día un poco. Tus pulmones enfermarán menos.
  • Disfrutar más de la vida. Te ayudará a tener un chi fuerte rodearte de gente positiva y alegre, pasear por la naturaleza, subir a una montaña para contemplar la belleza del paisaje y respirar el aire fresco. ¡No hay excusas!
  • Fomentar la autoconfianza. Ante los retos y cambios que surjan en tu camino, aprecia la vida, su fuerza, la energía y la capacidad que tiene todo lo vivo de adaptarse y transformarse. Tú también tienes ese poder.
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ADAPTARSE A LA TEMPERATURA

  • Hacer ejercicio temprano. Es importante que nuestro organismo se adapte a una estación más fría. El ejercicio es importante en este sentido. Andar rápido, correr despacio, hacer taichí o chikung, especialmente al aire libre, son algunas actividades que estimulan los pulmones. El momento ideal para llevarlas a cabo es, o bien de 7 a 9 de la mañana, o bien de 5 a 7 de la tarde.
  • Secarse el sudor al acabar. Siempre que te sea posible, busca un lugar con aire fresco para hacer tus ejercicios. Pero, eso sí, en otoño y en invierno pon especial cuidado en que no se debiliten tus defensas y no te resfríes. Para ello sécate el sudor enseguida con una toalla una vez termines tu práctica.
  • Ducha fría y caliente. Aprovecha el otoño para empezar a alternar, en la ducha, el agua caliente con la fría. Si mantienes esta costumbre todo el año ayudarás a tu wei chi (la energía que nos protege de las enfermedades).
  • Defenderse con piel y pulmones. El efecto de una simple ducha no debe ser despreciado. Según la Medicina Tradiciona China, el wei chi se distribuye por el cuerpo en estrecha relación con la piel, que es la primera línea del sistema de defensa frente a los factores externos que pueden causarnos enfermedades. Además, trabaja conjuntamente con el sistema respiratorio y los pulmones, que lo difunden adecuadamente por toda la superficie corporal.
  • Aclimatación progresiva. Los cambios bruscos de temperatura son enemigos de la gente mayor, los niños y las personas con un sistema respiratorio debilitado. Estas personas deben intentar que los cambios sean graduales.
  • Evitar la contaminación. Los microbios y el aire contaminado irritan la mucosa del tracto respiratorio y pueden dañar los pulmones. En días de mucha contaminación protégete o evita salir a hacer ejercicio.
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SUEÑO Y DESCANSO

  • Dormir lo suficiente. Intenta no irte a dormir muy tarde ni con el estómago lleno. Deja pasar al menos unas 2-3 horas después de cenar. Un buen sueño te ayudará a recuperar tu energía vital.
  • Ventilar generosamente. Todos los días, al levantarte, renueva el aire de tu dormitorio y tu casa abriendo las ventanas de par en par.
  • Descansar bien. Además de dormir, necesitamos horas de descanso a lo largo del día. Si quieres practicar la amabilidad contigo misma, ofrécete momentos de vagabundeo (aunque sea solo mental) o, de vez en cuando, ponte cómoda, cierra los ojos y disfruta de las sensaciones que te produce el simple hecho de respirar con calma.
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RUTINA DIARIA PARA PROTEGER LOS PULMONES

  • Toser por la mañana. Lo primero que puedes hacer al levantarte es toser a propósito unas 5 veces para eliminar flemas. Para la medicina tradicional china la tos no se ha de suprimir, sino que manifiesta una falta de armonía a la que hay que llevar la atención. Aunque puede ser molesta, tiene un aspecto positivo: el cuerpo está intentando librarse de algo que no quiere, como toxinas o un estancamiento energético.
  • Masajear la nariz. Si te masajeas ciertos puntos de acupuntura ayudarás a equilibrar el cuerpo y la mente. Los pulmones son órganos fundamentales que suministran chi y participan en algunas emociones. Unos pulmones fuertes de chi implican menos tristeza y preocupaciones para la mente. Puedes masajearte el punto ying xiang, situado en los surcos nasogenianos, justo al lado de los orificios y las aletas nasales.
  • Entonar el sonido «si». Sun Si Miao, prestigioso médico chino del siglo VI, diseñó 6 ejercicios de chikung que se acompañan de un sonido curativo distinto: «xu», «he», «hu», «si», «chui» y «xi». Su reverberación consigue equilibrar la energía vital o chi en cada uno de los órganos sobre los que actúa. El sonido «si» los nutre especialmente en otoño.

DIETA PARA EL YIN DEL PULMÓN

Algunos alimentos tonifican la energía yin, importante para los pulmones.

  • Alimentos amigos. Rábanos, cebollas, ajos y hongos blancos como la Tremella fuciformis sientan bien a los pulmones. También se recomiendan la raíz y las semillas de loto, peras, manzanas, cítricos, granadas, uva, caquis, piña, proteínas de calidad y la miel.
  • Moderar el picante. Las especias y alimentos picantes en exceso debilitan la energía del pulmón (pimienta, mostaza, chile, comino…).
  • Grasas buenas. Evita el exceso de grasas, los fritos en general y los 0frutos secos tostados y salados.
  • Mucho líquido. Hidrátate con unos 2 litros diarios de agua e infusiones. También puedes beber un vaso de agua tibia o natural al levantarte.
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VÍNCULO ENTRE PIEL, INTESTINO Y PULMÓN

Las diferentes partes del cuerpo funcionan de forma conjunta aunque pertenezcan a sistemas diferentes. Es lo que desde hace más de dos mil años enfatiza la medicina tradicional china en su teoría básica. Los pulmones tienen una relación muy estrecha con la piel y con el intestino grueso: si el intestino grueso no funciona bien, sus problemas afectan a los pulmones y a la piel, y viceversa.

  • Tienen mucosas. Actualmente númerosos estudios confirman que existe una integración pulmón-intestino, ya que ambos poseen mucosas y comparten aspectos estructurales y funcionales similares. Por otro lado, numerosos problemas intestinales se manifiestan de entrada con síntomas cutáneos. En otoño toca armonizar el chi pulmonar para que funcione correctamente junto con estas otras partes del cuerpo.
  • Piel que «respira». Tanto la piel como el cabello son indicadores notables de la salud de los pulmones. Los poros que se encuentran en la superficie del pulmón se asemejan a los poros de la superficie de la piel. De alguna manera, estos últimos se encargan de la «respiración corporal» al actuar como puertas de entrada del chi.
  • Tristeza y piel seca. El dolor, la tristeza y la melancolía están asociados al pulmón. Si uno se entrega a estos estados emocionales, el aparato respiratorio se resentirá y quizá se pierda peso, se note falta de energía y la piel se reseque. Pero también al revés: un nivel bajo de chi pulmonar puede hacer que una persona adopte una actitud pesimista (es un estado de chi apagado).
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