Agustín Udías, jesuita, catedrático emérito de Geofísica en la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Academia Europea, ha publicado, Ciencia y religión y Los jesuitas y la ciencia.

La senadora de Morena, Jesusa Rodríguez, dijo en la Cámara: “no es muy común que un católico sea inteligente”. Los que afirman algo sobre lo que no conocen, son los que no son inteligentes. La primera característica del acto de fe es que sea razonable. La frase “creo porque es absurdo”, del filósofo protestante S. Kierkegaard, no es admitida por la iglesia católica. La siguiente anécdota es aleccionadora: Un señor mayor y un joven universitario coincidieron en el mismo vagón del tren. El anciano leía la Biblia. El joven le preguntó ¿cree en ese libro de fábulas y de cuentos? Debería dedicarse a estudiar las ciencias. La Revolución Francesa mostró la miopía y las mentiras de la religión. El anciano contestó, dígame joven ¿es eso lo que dicen nuestros científicos sobre la Biblia? Como el joven ya tenía que bajarse le dijo, no tengo tiempo para explicarle, deme su tarjeta para enviarle algún material científico. El anciano se la dio y el joven quedó estupefacto al leer: Louis Pasteur, Director General del Instituto Nacional de Investigaciones Científicas, Universidad Nacional de Francia.

Agustín Udías, jesuita, catedrático emérito de Geofísica en la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Academia Europea, ha publicado, Ciencia y religión y Los jesuitas y la ciencia. Son muchos los científicos creyentes. Enumeremos algunos de los más notables. En matemáticas ha destacado Karl Friedrich Gauss, “el rey de las matemáticas” de su época.  Otro gran matemático Cauchy dio al cálculo infinitesimal, su organización definitiva. Él escribió a un amigo: “por fin, hace dos días triunfé no como consecuencia de mis penosos esfuerzos, sino por decirlo así, únicamente por la gracia de Dios”. A su vez, Karl Weierstrass, un católico ferviente, estableció una teoría completa y definitiva de las fuentes analíticas.

En astronomía destacó Urbain Le Verrier, que descubrió el planeta Neptuno, en su vida y muerte mostró su fe, murió asistido por el cura de su parroquia. Giovanni-Virginio Schiaparelli, el más ilustre de los astrónomos italianos, murió como buen católico, asistido por el Preboste de su parroquia. En la física brilló el talento de Alessandro Volta que realizó numerosos descubrimientos en el estudio de la electricidad, fue un católico ferviente, de misa diaria, de comunión en todas las fiestas, y además enseñaba el catecismo a los niños. Otro genio fue André-Marie Ampère que entre otras cosas formuló las leyes que llevan su nombre. A su muerte en Marsella fue asistido por un sacerdote que le leyó un pasaje de la imitación de Cristo. Ampère le comentó que sabía este libro de memoria.

Entre los jefes de las escuelas de medicina, el más grande de todos fue René-Tehéophile-Hyacinthe Laënnec, que se distinguió como un devoto de la eucaristía y de la Santísima Virgen. Todavía existe en París una organización de médicos católicos que lleva su nombre, y publican una prestigiada revista de bioética, Cahiers Laënnec. La lista de ilustres sabios católicos en estas y en otras ramas de la ciencia podrían multiplicarse.

Del libro de Agustín de Udías, Los jesuitas y la ciencia mencionaremos algunas cifras. Jesuitas matemáticos 48, físicos, más de 40, astrónomos 111 (15 trabajan en el Observatorio Astronómico del Vaticano), geofísicos, geólogos y meteorólogos 70, químicos 4, biólogos 21. Naturalista, geógrafos y cartógrafos 39, exploradores 24.

Entre los exploradores se distinguió Eusebio Francisco Kino que confeccionó numerosos mapas de las zonas que exploró. Fue el primero en descubrir que Baja California era una península y no una isla como se pensaba entonces. En reconocimiento a su labor, en Estados Unidos en 1965, se le dedicó una estatua en el Capitolio de Washington y otras dos en Tucson y Phoenix. En esta área se distinguió también por su exploración del río Mississippi, Jacques Marquette.

En el estudio de la sismografía en el siglo XX, destacan tres jesuitas: Daniel Linehan, Joseph Lynch y James B. Macelwane. Finalmente, para conocer un poco la influencia de los jesuitas en el área del Derecho, conviene leer la tesis de doctorado del Dr. Carlos De Cores en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, Pasado, presente y futuro de la Teoría General del ContratoUna mirada desde la tradición jesuítica. Recordemos que actualmente los jesuitas tienen más de 200 universidades en todo el mundo.

Recientemente el judío Jeffrey A. Krames, que se dedica a escribir libros sobre liderazgo, ha publicado el texto Liderar con humildad, sobre el Papa Francisco. Krames concluye: “Es simplemente el líder más auténtico que yo haya tenido la fortuna de observar”.

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