Comprender, escuchar, reflexionar, manejar las emociones y nunca llegar a la violencia es el llamado de tres líderes espirituales.

Lidiar con las emociones en tiempos de crisis no es tarea fácil. Dada Divyapremananda, profesor de meditación y director nacional de la organización Ananda Marga, explica de esta manera lo fundamental que es aprender a manejar las emociones antes de que la desesperación tome ventaja.

Reflexiona partiendo de cómo la pandemia agudizó aún más los problemas socioeconómicos que ya taladraban la tranquilidad de los colombianos, por lo tanto, es consciente de que las manifestaciones en los últimos días en contra del Gobierno han despertado incertidumbre, zozobra y desánimo en los habitantes. Apunta, con tono pausado, que aunque son situaciones de fuerza mayor que “no se pueden controlar”, que requieren mucha paciencia y firmeza, “sí se puede ejercer control sobre las reacciones individuales” en la casa y las calles.

El profesor de meditación, en síntesis, invita a confiar y practicar el manejo de las emociones sin ser apáticos con la realidad del país. “Debemos tener la esperanza de que las cosas van a cambiar, y será para bien, aunque a veces el mismo temor no nos deje verlo así”.

Como él, monseñor Pablo Emiro Salas hace un llamado a la reflexión, el  respeto y la comprensión de las diferencias que hoy dividen a los colombianos.

“Cuando se trata de un creyente el primer criterio que debemos tener presente es el amor al prójimo”, resume monseñor Salas.

En la misma vía el periodista Alberto Linero recalca que  “no hay que olvidar que el dolor” que una persona pueda sentir “no es mejor ni mayor que el del otro”, haciendo referencia a que no se debe ser indiferente con los demás, ni ahora ni en ningún momento.

Por último, la pastora Patricia De Castro, otra líder consultada, le pidió a las personas no desanimarse ni incurrir por ningún motivo en la violencia porque “la voz del pueblo” es “escuchada por el Señor”. “En Dios estaremos a salvo en medio de este caos”.

Oración, el método para alivianar las cargas

Para el arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, es importante respetar el derecho de la comunidad a manifestar sus inconformidades en las protestas. De acuerdo con el prelado, todos los derechos implican obligaciones, así como preservar la vida misma y la del prójimo.

“No hay muerto que duela más que otro. Toda vida es sagrada y un don de Dios (…) Es importante decir que frente a esta crisis sanitaria, social y económica nadie puede ser ajeno”. Ante el clamor del pueblo, al que encomienda en sus plegarias, plantea la necesidad de unir esfuerzos y llegar a consensos para la rápida y efectiva respuesta a estos problemas.

“Hago un llamado a la sensatez”, dice monseñor, que a su vez señala que la Iglesia también “hace su aporte” y tiene participación en las decisiones.

El arzobispo lamenta profundamente las víctimas mortales que han dejado las marchas en el país. En este sentido, invita a prescindir de las acciones violentas y a manifestarse pacíficamente.

“Cuando se trata de un creyente el primer criterio que debemos tener presente es el amor al prójimo. De hecho los mandamientos existen antes que los derechos humanos (…) Para los cristianos es importante tener presente nuestra fe. Oramos para que Dios ilumine los corazones de los colombianos y de los que deben tomar las decisiones”, recalca monseñor Pablo Emiro Salas.

Amor al prójimo: la base para un pueblo justo

Remontarse a los textos bíblicos es la manera que encuentra la pastora Patricia De Castro para traer a colación la situación de las protestas a nivel nacional. La líder de la comunidad cristiana El Camino, en Barranquilla, recuerda que incluso desde la época del cristianismo ya existían rivalidades y diferentes ideologías.

“El mensaje de Jesús siempre fue un mensaje de libertad con base en el amor y la gracia. Él expresaba sus designios pacíficamente, siempre habló del amor al prójimo, enseñó siempre el camino de la justicia”, indica De Castro.

Como líder espiritual, pide a la comunidad religiosa continuar elevando sus oraciones para eliminar cualquier dolor, angustia y ansiedad, y mantenerse alimentando esa espiritualidad que ofrece “equilibrio”.

Por último, y como mensaje para sus coterráneos, hace hincapié en la votación a consciencia de quien será el próximo mandatario. “Cuando tengamos la oportunidad de elegir a nuestros gobernantes pensemos mejor. Conozcamos bien las propuestas de los candidatos”, resalta.

Comprensión y empatía, la clave para el diálogo

En redes sociales ha compartido reflexiones con respecto a las marchas que han tenido lugar en las calles del país. El padre Alberto Linero, como lo conocen la mayoría de los colombianos, mantiene conectado a los cibernautas con palabras esperanzadoras y oraciones, no obstante, ha hecho énfasis en sus trinos sobre nunca acudir a la violencia.

“Creo que como sociedad necesitamos comprendernos y para ello es fundamental escucharnos y así construir soluciones. Lo dejo claro, la violencia no es el camino”, reafirma.

“Nosotros nos unimos cuando somos capaces de trascender espiritualmente cualquier religión, ideología o condición, y que somos un nosotros. Yo los invito a que no veamos al otro como un enemigo, no como alguien al que hay que eliminar o quitarle todo lo que tiene y destruirlo”, puntualiza.

Linero invita a la oración, no como muestra de desertar o rendirse, sino para evitar que la violencia se siga convirtiendo en el pan de cada día.

“Es el momento de confiar y tener esperanza en el Dios de la vida. Si nos dejamos llevar por la indignación y la rabia haremos cosas de las que nos arrepentiremos después”, dice.

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