Cuernavaca registra una ola de violencia como hace tiempo no ocurría. Sólo en las últimas semanas hubo eventos de alto impacto, como el crimen de la diputada Gabriela Marín, así como balaceras y narcomantas.

De ello ha dado cuenta el Ejército, cuyos elementos de la 24ª Zona Militar reportan cada uno de esos eventos a sus mandos, según se advierte en los miles de documentos hackeados por el grupo Guacamaya.

El martes, el gobernador Cuauhtémoc Blanco se deslindó de la responsabilidad de la seguridad en Cuernavaca. Aseguró que le corresponde al alcalde.

Los reportes de la Sedena revelan, sin embargo, que muchos ilícitos en aquella ciudad rebasan la capacidad municipal. En agosto y septiembre hubo decenas de eventos de alto impacto, con el sello del narco.

Cifras del gobierno federal revelan que, entre agosto y septiembre, en Morelos hubo 198 asesinatos (homicidios y feminicidios), 142 de ellos (71 por ciento) se cometieron con arma de fuego. Cuernavaca es el municipio con mayor incidencia.

Entre los casos reportados por militares está el que ocurrió el 29 de agosto, cuando se halló una narcomanta en la colonia San Antonio. Ese día también balearon una casa en avenida Héroes de Nacozari.

El 27 de agosto, apareció otra narcomanta en la colonia Maravillas. El letrero fue firmado por Cárteles Unidos y tenía una amenaza a Luis Manuel Bernabé, a quien se acusó de extorsionar a alcaldes.

El 25 de agosto hubo una amenaza de bomba en el ayuntamiento de Cuernavaca. Ese día también reportaron el crimen del empresario Carlos Bilmart Benítez, en Cuautla.

El día 22 del mismo mes apareció el cuerpo de un hombre, con un narcomensaje. El 20, un hombre fue ejecutado afuera de su casa, y el 15, se halló un hombre maniatado, vendado de los ojos y con un tiro en la cabeza.

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