¿Cuál será entonces la vacuna que necesita la humanidad contra el vacío, la zozobra y la neurosis colectiva?
Estamos en alerta roja, pues las unidades de cuidados intensivos están llenas de personas que batallan por mantenerse vivas, en medio de una pandemia arrasadora y letal, de igual modo, estamos en alerta roja y en cuidados intensivos emocionales, pues las almas del planeta entero también se encuentran batallando contra el virus de la ansiedad, la angustia, la soledad y la desolación.
He llegado a pensar y a sentir en mi consulta que las almas se están quedando sin gasolina espiritual para resistir, algunas expresan su angustia porque no les alcanzan los recursos para cubrir sus necesidades básicas y las de su familia, otras almas lloran en silencio pues ya se agotan sus recursos emocionales para sostener sus vínculos afectivos. Las relaciones de pareja, con sus hijos, con los padres, hermanos y demás familiares están siendo devastadas por la irascibilidad y la paranoia colectiva que los rodea y ahoga.
A todos nos mueve un profundo desasosiego interior, que experimentamos realmente como si nos estuviera persiguiendo un tranvía, al que no podemos detener con nuestras propias fuerzas, de tanto correr y correr para escapar y salvarnos de ser atropellados, sentimos la angustia de que se nos acaban las fuerzas, sentimos entonces que evidentemente seremos atropellados, arrasados y aplastados.
¿Qué le pasa a un león cuando se siente asustado y atacado? ¿Qué le pasa a un león cuando tiene hambre y necesita proteger a sus crías? ¿Cómo actúa cuando se siente encerrado y enjaulado privado de su libertad? ¿Cómo reacciona?
Los seres humanos tienen tres dimensiones, la física, la psicológica o mental y la espiritual, en ese sentido compartimos un cerebro reptiliano con la especie animal.
Es en ese cerebro animal en el cual nos estamos quedando presos, imposibilitados para reflexionar desde nuestra mente reflexiva conectándonos con nuestra dimensión espiritual.
Pareciera como si las almas hubieran abandonado a los seres humanos y se hubiera apoderado de cada ser el cerebro animal, el que cuando se siente atacado, asustado, hambriento y vulnerado, solo sabe atacar, gruñir, agredir y destruir, para sobrevivir, en un mundo animal en el que solo domina la especie más fuerte y la que más duro ataque.
La sociedad se está transformando en una de bestias salvajes, basta con asomarnos a la ventana, salir a la calle u observar un noticiero, para darnos cuenta de que estos estallidos sociales son la clara expresión contundente de que el desbordamiento emocional de millones de almas los está llevando a reventarse por dentro y por fuera por que ya no pueden más.
Cuando el alma se desborda de angustia, se estalla, el problema es que por lo general revienta el alma de quienes la acompañan.
La vacuna que necesita la humanidad es entonces la espiritualidad, es evidente que estamos viviendo una época de gestación, de transición y transformación, en este sentido es como si la humanidad estuviera en trabajo de parto, experimentando fuertes dolores, angustia, agitación, temor y ahí en medio de este arduo trabajo espiritual y existencial, vivimos un periodo sagrado, a través del cual la humanidad está pariendo un nuevo espíritu humano.
Creo que estamos mutando a una nueva época, en la que debe empezar a reinar la verdadera transformación de la consciencia, pues de no ser así, la peor amenaza que tiene el alma, es que los seres humanos quieran desterrarla para quedarse viviendo en la mente animal, como lo estamos viendo en las expresiones canibalescas, en las que los seres vivos se asemejaban más a un primate animal carente de esencia espiritual.
No podemos desterrar a Dios de nuestra sociedad, pues la desolación y la autodestrucción serían entonces nuestro único destino.
Para construir un mundo más humano, para honrar y respetar nuestra raza, debemos superar el comportamiento animal y vivir en el alma, pero paradójicamente si ahora nos mudáramos a vivir en un remoto lugar de África, nos quedaríamos asombrados de ver cómo los animales sí preservan su especie, sí viven en equilibrio, sí respetan su hábitat, ellos no se asesinan por ego, ellos no destruyen por envidia, ellos no destruyen su propio hogar, pues saben que después deben habitar en el…
Mi reflexión hoy es entonces, si no cuidas tu centro sagrado, tu alma, si no cuidas tu centro sagrado, tu hogar, tu ciudad, si no cuidas tu centro sagrado tu cuerpo, ¿a dónde vas a mudarte a vivir? ¿Sería entonces a otra dimensión? Tendrías que dejar este mundo y pasar al mundo metafísico, al que llegaremos cuando terminemos de exterminarnos unos a otros como lo estamos haciendo.
¿Qué cara estará poniendo Dios, al observarnos desde arriba y ver los desastres que hemos hecho con su hermosa y sagrada creación?, la sublime raza humana.
Estoy segura de que estos no eran los planes que nuestro Creador tenía para nosotros, fuimos como el hijo pródigo, que nos alejamos del padre para caer en las garras de la decadencia, para autodesterrarnos a nuestra propia desolación.
Mi píldora para el alma de esta semana:
La transformación de la propia consciencia es la única respuesta que debe darle el ser a los gritos desgarradores de su alma…
Paula López Espinosa
Coach de vida y escritora de literatura espiritual