El 16 de febrero de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Declaración General de Protección de la Denominación de Origen Arroz del Estado de Morelos, y es actualmente una de las cinco denominaciones que tiene el país en el rubro de la agricultura, pero ¿qué pasa con esta designación que se gusta de “presumir” a nivel nacional e internacional por cada gobierno en turno?, ¿realmente refleja la situación del agro en la entidad?
De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) otorga esta Denominación de Origen, solicitado en ese momento por el secretario de Desarrollo Agropecuario del estado, Bernardo Pastrana Gómez, siendo gobernador del estado el panista Marco Antonio Adame Castillo, y presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa.
La protección de dicha marca contemplaba la producción de las variedades: “»Arroz del Estado de Morelos» Palay; «Arroz del Estado de Morelos» Integral o moreno; «Arroz del Estado de Morelos» Pulido; Subproductos de «Arroz del Estado de Morelos»: cascarilla, medio grano, tres cuartos de grano, granillo, salvadillo y harina”.
Describiendo cada uno con características muy específicas como: “El color del grano palay es amarillo paja a café claro, pardo plateado cuando está sin cáscara y de color crema claro a blanco después de pulir. El grano palay contiene la cascarilla o cubierta que presenta una textura ligeramente áspera y esto se debe a la presencia de numerosas ornamentaciones en forma de pequeños pelos compuestos básicamente por sales de sílice, y en un porcentaje no mayor de 15 por ciento pueden presentar arista. El grano de arroz sin cáscara (cariópside) se conoce con el nombre de Arroz Integral o Arroz Moreno. Está compuesto principalmente por el embrión y el endospermo. Además de medidas, grosor, espesor, humedad, específicos”.
Para ese entonces se hablaba de la existencia de cuatro molinos: tres sociales y uno privado. Veintidós de los 33 municipios tenían siembras de arroz como: Amacuzac, Axochiapan, Cuautla, Cuernavaca, Ciudad Ayala, Coatlán del Río, Emiliano Zapata, Jantetelco, Jiutepec, Jojutla, Jonacatepec, Mazatepec, Miacatlán, Puente de Ixtla, Temixco, Tepalcingo, Tetecala, Tlaquitenango, Tlaltizapán, Xochitepec, Yautepec y Zacatepec, que producían 17 mil toneladas anuales
Morelos ya no es el principal exportador: Sedagro
La secretaria de Desarrollo Agropecuario (Sedagro) en el estado, Katia Herrera Quevedo, dijo que con el paso del tiempo la calidad del arroz morelense sigue siendo la mejor a nivel nacional; “tanto en tamaño como en contenido nutricional es el mejor del arroz que se siembra en el país, y eso tiene que ver con los nutrientes del suelo”.
Son muchas las generaciones las que siguen dando la pauta de un cultivo artesanal sin que se haya trasladado a una mecanización, lo artesanal tiene que ver con la siembra, el traslado de los bancos “los tlaloles”. Acepta que el cambio de uso de suelo para estos tiempos ha cambiado, Morelos no es el principal productor de arroz a nivel país.
“Muchas tierras de cultivo hoy son casa habitación de Xochitepec, de Emiliano Zapata, y todos estos productores que vendieron sus tierras hoy muchos de ellos rentan para poder seguir produciendo y esto les genera un costo de producción extraordinario”.
En el último censo levantado hace dos años en Morelos se tenían casi 30 productores, pero se estima que debido al incremento en el costo de producción hasta en un 300 por ciento pudo haber disminuido el número de quienes aún ven como principal fuente de ingresos la producción de arroz.
Mientras el gusto por el consumo del arroz se mantenga, no hay riesgo de perder la Denominación de Origen, dice Herrera Quevedo; el peligro recae en no poder cubrir los volúmenes demandados en el mercado.
Genética es única: UAEM
La investigadora María Luisa del Carmen Garduño Ramírez, del Centro de Investigaciones Químicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), comparte que la variedad genética del arroz morelense es única en el país; al paso de los años la calidad del suelo en el estado ha logrado un sabor, color y tamaño especial. El arroz fue introducido a América desde Asia, incluso antes de la llegada de los españoles el arroz se consumía en México.
El tipo de suelo, agua rica en minerales y la implantación ha dado al arroz del estado una variedad única y la capacidad de reproducirse. “Antes del sismo de 2017, es decir, en 2016 la producción de arroz en Morelos era de 17 mil toneladas por año”, recuerda.
De acuerdo con la especialista, el arroz es rico en fibra, nutrientes, proteínas, no contiene gluten, aporta vitaminas y minerales al cuerpo. Ayuda a la movilidad intestinal, la digestión por ello la importancia de su consumo, pero también refiere que consumirlo con grasa no es lo óptimo pues el arroz es capaz de absorber; “lo mejor es prepararlo al vapor”.
Impulso al campo
Para los productores del campo más allá de la denominación de origen urge la reactivación del agro morelense, que se generen mecanismos que les permitan seguir produciendo tierra con precio justo, donde todos ganen de forma equilibrada como ocurría en el pasado, donde si el grano se vendía al consumidor en tres pesos por kilogramo “un peso era para el productor, otro para la industria y otro peso para la comercialización”, dijo Hugo Romero, productor de arroz.
Los productores que no son dueños de las parcelas llegan a incrementar sus costos de producción debido a la renta de las mismas, con costos que van desde los 12 mil a los 15 mil la hectárea por cada ciclo de siembra, pero la tonelada se vende a penas en los 6 mil 200 pesos, para el 2022 el precio aún no se define, por lo que existe una incertidumbre. Mientras tanto, en los centros comerciales el kilogramo de arroz llega a los 45 pesos.
En esta localidad hace 8 o 9 años se llegaban a cultivar hasta 100 hectáreas de arroz, pero en la actualidad apenas llegan por arriba de las 50 hectáreas, zonas como Alta Palmira, Acatlipa, Real del Puente, y parte de Chiconcuac, hasta Alpuyeca, tenían un sistema de cultivo rotativo entre arroz y caña, (3 años se cultivaba arroz, y 3 años caña), y en su mayoría eran ejidatarios, pero luego desistieron.
Etapas de la producción
Hugo Romero, productor de arroz desde hace 25 años en Temixco, explica que la siembra comienza cuando los jornaleros esparcen la semilla en la tierra sumamente húmeda o el llamado el almácigo, que es el trabajo de sembrar la semilla, luego se trasplanta cuando germina.
“La segunda etapa es el trasplante, la tercera es la aplicación del herbicida y fertilizante, hablando de una siembra de trasplante, ahorita hay varios productores que hablan de otro método que es siembra directa o el surco, aquí en esta zona seguimos trabajando del modo tradicional; le llamamos abordada y plantada”.
La “bordada” es la formación de bordes en la tierra para que el agua que llega del río Apatlaco por medio de tomas y canales de riego, se quede estancada. Después de la fertilización viene un trabajo de limpieza en donde los trabajadores le quitan la maleza que se forma alrededor del cultivo para que sea llevada al molino para su industrialización.