6 junio 2020.-En 2019 el apoyo a la producción y consumo de combustibles fósiles fue de 478 mil millones de dólares en 77 economías. A medida que los gobiernos diseñan medidas de estímulo para las economías afectadas por la crisis de covid-19, deberían aprovechar la oportunidad de los precios históricamente bajos del petróleo para redirigir parte del medio billón de dólares gastados anualmente en el apoyo a los combustibles fósiles hacia inversiones sostenibles, incluida la energía baja en carbono, señalo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Agencia Internacional de Energía (AIE).

De acuerdo con un documento el apoyo gubernamental a la producción y consumo de combustibles fósiles ascendió a 478 mil millones de dólares en 2019, según el análisis de 77 economías realizado por la OCDE y la AIE. Y aunque representa una disminución general desde 2018, ya que los precios más bajos del petróleo significaron que los gobiernos gastaron menos subsidios en los costos de energía para los usuarios finales, los datos también muestran un aumento del 38 por ciento en el apoyo directo e indirecto para la producción de combustibles fósiles en 44 economías avanzadas y emergentes.

“Me entristece ver algunos retrocesos en los esfuerzos para eliminar el apoyo a los combustibles fósiles. Parece que este aumento en los subsidios a la producción continuará en 2020, con algunos países destinados a la ayuda estatal a los combustibles fósiles y las industrias relacionadas «, dijo el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría.

Añadió que subsidiar los combustibles fósiles es un uso ineficiente del dinero público y sirve para empeorar las emisiones de efecto invernadero y la contaminación del aire y aunque la principal principal preocupación hoy debe ser apoyar a las economías y sociedades a través de la crisis de covid-19, se debe aprovechar esta oportunidad para reformar los subsidios y utilizar los fondos públicos de la manera que mejor beneficie a las personas y al planeta.

De acuerdo con la OCDE, las transferencias presupuestarias, exenciones de impuestos y programas de gasto vinculados a la producción y uso de carbón, petróleo, gas y otros productos derivados del petróleo en 44 países de la OCDE y del G20 mostró que el apoyo total a los combustibles fósiles aumentó en un 10 por ciento a 178 mil millones de dólares en 2019, poniendo fin a una tendencia a la baja de cinco años. «Los subsidios a los combustibles fósiles son un obstáculo para lograr una recuperación sostenible de la crisis de covid-19.

Los bajos precios actuales de los combustibles fósiles ofrecen a los países una oportunidad de oro para eliminar gradualmente los subsidios al consumo. A medida que los gobiernos buscan impulsar el empleo y planificar un futuro mejor y más resistente, es esencial evitar distorsiones del mercado que favorezcan tecnologías contaminantes e ineficientes», dijo el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

 

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