La Organización de Estados Americanos (OEA) pidió hoy al presidente venezolano Nicolás Maduro aceptar “su derrota electoral” en los comicios del pasado domingo o someterse a nuevas elecciones con observación internacional de ese organismo y de la Unión Europea.
En un comunicado, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, señaló que a lo largo de todo el proceso electoral, el régimen venezolano aplicó un esquema represivo “y acciones tendientes a distorsionar completamente el resultado electoral”, lo que hizo que ese resultado “quedara a disposición de la manipulación más aberrante”.
El régimen madurista, agregó el comunicado, “se burló de importantes actores de la comunidad internacional durante estos años y nuevamente se fue a un proceso electoral sin garantías, ni mecanismos y procedimientos para hacer valer esas garantías”.
Señaló que “el manual completo del manejo doloso del resultado electoral fue aplicado en Venezuela la noche del domingo (pasado), en muchos casos de manera muy rudimentaria”.
Y aunque se ha hablado de auditoría o de reconteo de actas de un material electoral “que no ha tenido las menores condiciones de seguridad y de control” hay que recordar que, al menos desde las elecciones de 2013, en las que Maduro llegó a la presidencia, las auditorías prometidas por el régimen nunca se cumplieron, agregó la OEA.
“Es obvio que una nueva burla sería inadmisible”, añadió.
De acuerdo con el comunicado, las actas electorales presentadas por la oposición indica que “habría ganado la elección y el madurismo, incluido el CNE (Consejo Nacional Electoral), aún no ha podido presentar las actas por las que habría ganado, lo cual a esta altura sería risible y patético sino fuera trágico”.
Por ello, señaló, resulta imperioso conocer si Maduro está dispuesto a “aceptar su derrota electoral y abrir el camino al retorno a la democracia en Venezuela”.
De no hacerlo, “sería necesaria la realización de nuevas elecciones” con la observación de misiones de la Unión Europea y la OEA, además de que tendría que integrarse un nuevo CNE “para que se reduzca el margen de irregularidad institucional que plagó este proceso”.