Riñas, cristalazos y la venta incontrolada del alcohol, marcó el Carnaval de Tepoztlán, el cual fue suspendido por el sobre cupo.

Miles de asistentes abarrotaron el zócalo y las avenidas principales, lo que orilló a las comparsas de música de viento a suspender el tradicional Brinco del Chinelo, el principal atractivo de la celebración.

Lo anterior causó el enojo e indicación de turistas que tardaron hasta cuatro horas en entrar al Pueblo Mágico; incluso hubo encontronazos con la policía que se vio rebasada.

El propio ayuntamiento pidió en sus redes sociales a los turistas “ya no asistir” porque el carnaval se encontraba a su máxima capacidad.

En la autopista La Pera-Cuautla y la carretera federal Cuernavaca-Tepoztlán se registraron filas de hasta 10 kilómetros para ingresar al pueblo. Hubo automovilistas que optaron por regresarse y asistir a otro municipio, donde también hay carnavales, como Emiliano Zapata y Tlaltizapán.

El caos destacó en la edición de este año, pues los estacionamientos llegaron a cobrar hasta 200 pesos por tiempo libre, y algunos pobladores habilitaron sus domicilios como estacionamiento donde también cobraban la misma cantidad.

Ante la saturación, muchos paseantes se arriesgaron a dejar sus vehículos en la vía pública, y algunos sufrieron cristalazos.

La venta incontrolada de micheladas provocó riñas en diversos puntos, lo mismo entre mujeres que hombres y menores de edad.

A través de redes sociales, circuló un video donde se observa a un sujeto en estado de ebriedad amenazar a mujeres con un arma de fuego, sin que ninguna autoridad pudiera detenerlo.

El sábado algunas comparsas no lograron llegar a la plaza principal debido a la aglomeración de personas. El Barrio de Santo Domingo precisó que por motivos de seguridad suspendían su presentación y reprocharon la actitud “irresponsable” de algunos visitantes por la falta de respeto a la cultura y tradición de los tepoztecos.

Unos días antes, corporaciones federales, estatales y el mismo gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, acudieron a Tepoztlán donde llevaron a cabo la mesa de seguridad y planearon el operativo, para garantizar la seguridad de los asistentes y evitar el desorden.

Sin embargo, todo se descontroló desde la inauguración.  El año pasado ocurrió un hecho similar, ya que también fue suspendido el carnaval por la falta de condiciones y la poca presencia de policías.

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