En el pueblo mágico de Tepoztlán a espaldas del Chalchitépetl, mejor conocido como el «Cerro del Tesoro», se encuentra el campo escultórico Dilao, uno de los grandes tesoros turísticos más importantes de Morelos. Un espacio silvestre que fue creado y diseñado por el escultor filipino Eduardo Olbés, quien actualmente radica en Tepoztlán, como un lugar de exhibición de escultura de gran formato.

Este recinto ubicado sobre la carretera Cuernavaca – Tepoztlán, se extiende a lo largo y ancho de tres hectáreas reforestadas, entre árboles frutales se encuentran alrededor de 50 piezas escultóricas en exhibición permanente creando un interesante concepto que mezcla el arte en interacción con la naturaleza de la región, para brindarle a los visitantes una grata experiencia al recorrer cada espacio, mientras se disfruta del agradable clima.

Cabe destacar que el nombre de Dilao proviene de la lengua filipina Tagálog, cuyo significado es “color amarillo”. Entre sus objetivos, este campo escultórico busca brindar una experiencia de la escultura en el paisaje, es decir, cómo interactúa la escultura en el paisaje que ofrece ese mágico lugar, y en cada temporada del año es diferente, por lo que dependiendo la estación del año se transforma su eterno, y se convierte en algo visualmente diferente.

Dilao es un espacio para artistas permanentes, residentes y temporales, actualmente, podemos encontrar las magnificas obras de Eduardo Olbés y los artistas invitados, Juan Sánchez, Julio Martínez Barnetche e Iván Puig.

Eduardo Olbés, artista filipino cuya obra está informada por las tradiciones estéticas de Asia, pero con la mezcla de distintas culturas en las que ha vivido y que ha estudiado. Juan Sánchez, quien fue un artista plástico que en su obra abundó referencias conceptuales y formales a las vanguardias artísticas del siglo XX, especialmente en el constructivismo y el cubismo. Solía utilizar materiales industriales como aluminio y fierro, además puede ver una gran presencia geométrica en sus piezas.

Julio Martínez Barnetche, escultor especializado en la talla de piedra. Su obra comprende diversas formas de enunciación de los materiales, desde la escultura hasta el diseño de mobiliario y objetos. A través de una admirable maestría técnica, sus piezas crean figuras de ingeniosa belleza. Actualmente tiene su estudio en Tlayacapan, Morelos. Iván Puig, artista multidisciplinario que explora el potencial del arte para detonar procesos de reflexión y cuestionamiento. Sus instalaciones proponen múltiples niveles de interpretación y hacen comentarios críticos con un agudo e ingenioso sentido del humor. Actualmente tiene su estudio en San Miguel de Allende, Guanajuato.

La mayoría de las esculturas en Dilao están talladas en piedras excepcionales: múltiples colores de jadeíta proveniente de Guatemala; mármoles y travertinos de la mayor calidad; únicos ónices de San Luis Potosí; jaspe rojo y serpentina cubana, entre otras. En su mayoría, las esculturas son realizadas especialmente para este espacio, pero también se reciben las propuestas que los artistas, ya tienen creadas, pero que convergen con la idea del espacio, pues lo que se buscó principalmente es que el lugar le brinde un entorno al cada obra.

Generalmente, cuando vemos alguna escultura, en un museo, espacio cultural o parque privado, la principal prohibición es tocarla y únicamente se puede apreciar a través de la vista. En Dilao, esto no es así, y se rompe este paradigma, ya que la idea del campo escultórico surge a partir de una serie de reflexiones en torno a la interacción del público con la escultura para que la experiencia sea diferente y completa, pues a diferencia de los medios bidimensionales, cobra su verdadera dimensión en relación al espacio. La posibilidad de apreciar las piezas desde una variedad de distancias y perspectivas es esencial no sólo para el público, sino también para el artista que puede visualizar su trabajo dentro de un entorno natural de grandes extensiones.

Cabe destacar que otro de los elementos fundamentales del espacio escultórico es su diseño autosustentable en armonía con el ecosistema. Para asegurar la sustentabilidad del proyecto, este espacio escultórico cuenta con el mecanismo tradicional de captación de aguas pluviales llamado jagüey, con capacidad para más de 1000m3 de agua para riego y para solventar las necesidades eléctricas del lugar, se instalaron paneles fotovoltaicos.

Sin duda, la experiencia de vivir el arte en conjunto con la naturaleza es única en Dilao, pues incluso el misticismo de Tepoztlán y su entorno, le brindan un toque muy especial. Además, cada una de las esculturas tiene su propia historia y magia a través de sus colores, formas y funciones.

Dilao es un espacio que se inició previo a la pandemia por el Covid-19, sin embargo, cerró sus puertas durante más de un año, y recientemente se reactivó, pues además de albergar las esculturas, se planea realizar diversas actividades culturales, que se darán a conocer en próximos meses.

Dilao está abierto al público en general con reservación previa. El costo de acceso es de $500 por persona. Los estudiantes, los menores de 12 años y los mayores de 65 años pagan únicamente el 50 por ciento. Además, se puede solicitar una visita guiada que está incluída en el costo del boleto. Para agendar una visita, escribe a info@dilao.mx.

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Instagram: @dilaomx

Web: www.dilao.mx

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